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India lanza su órdago

  • Última actualización
    07 mayo 2024 05:20

El pasado 19 de abril comenzaron las elecciones generales en India, un proceso que se alargará hasta el 1 de junio. El tamaño del país y los ciudadanos con derecho a voto (960 millones de una población de 1.400 millones de personas) obligan a la celebración de las elecciones en siete fases. Como ya habrán podido deducir, esta será la cita electoral más grande del mundo, y una de las más largas de las celebraras en el país, con un lapso total de 44 días. Con su voto, los ciudadanos de India elegirán a los 543 miembros del Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento del país. El actual primer ministro, Narendra Modi, del partido nacionalista Bharatiya Janata (BJP), se presenta a las elecciones por tercer mandato consecutivo y, salvo sorpresa mayúscula, obtendrá la victoria.

Muchos de ustedes se preguntarán a santo de qué he comenzado este Punto de Fuga hablando de procesos electorales en India. Si me conceden unos minutos, se lo explico. Desde hace años, Modi y el BJP no han escondido su deseo de que India se convierta en la nueva fábrica del mundo, no para complementar a China, sino para, directamente, sustituirla. Convendremos en que el Gobierno de India y el partido que lo sustenta en el poder peca de cierta ingenuidad, ya que las cadenas de valor mundial actuales tienen en China desde hace décadas su principio y su final. Aunque el estallido de la pandemia sanitaria y de las disrupciones en esas cadenas de valor ya puso encima de la mesa el debate de la relocalización, lo cierto es que China sigue siendo el gran supermercado del mundo.

Para ganar una carrera no importa tanto salir el primero, sino llegar el primero, y sobre todo, dosificar recursos y fuerzas

A corto y medio plazo, India no podrá sustituir a China como gran centro productivo mundial. Sin embargo, Modi y el BJP mantienen su órdago, y lo hacen a lo grande. El crecimiento experimentado por la economía del país se debe, en buena parte, a las políticas desarrolladas para dar contenido a esa estrategia, donde la modernización de unas infraestructuras obsoletas ha sido, es -y lo seguirá siendo en el futuro-, una prioridad. Esas infraestructuras, tanto portuarias como viarias y ferroviarias, han de jugar un papel fundamental en esa estrategia que el actual ejecutivo quiere culminar. No tendría mucho sentido dar facilidades a empresas de todo el mundo para instalar sus fábricas sin tener una red de infraestructuras modernas y eficiente. En su momento, China supo apostar por desarrollar puertos, zonas logísticas y redes ferroviarias. Si quiere lograr su objetivo, India debe seguir el mismo camino, y para ello, Modi y su ejecutivo deberán crear las condiciones necesarias y suficientes para movilizar la ingente cantidad de capital necesario, tanto el nacional como el que pueda llegar de inversores foráneos.

No hace mucho, un operador logístico especializado en este mercado me reconocía que India es un país en el que se pueden hacer muchos negocios, pero que su forma de encararlos es sumamente diferente a la que se puede dar por otras latitudes. Hoy por hoy, ya nadie discute la importancia que India juega en el mapa mundial -es una de las diez economías más potentes del mundo-, y que su rol será mucho más determinante en los próximos años. Enfrascada como anda China en potenciar su músculo innovador, es el momento de que otros países entren en juego, e India está en muy buena posición inicial. No obstante, muchos de ustedes saben que para ganar una carrera no importa tanto salir el primero, sino llegar el primero, y sobre todo, dosificar recursos y fuerzas. ¿Podrá India aguantar el tirón del resto de competidores?