Me asomo y veo arder Barcelona y las carreteras cortadas y la gente enfadada. Y pienso que me faltan datos, por eso de estar gran parte del tiempo en mi madriguera. Y pongo mi vieja radio y me informo de todo. Y entiendo menos.
Y nadie me lo explica con calma. Y me vuelvo a meter, muy triste, en mi mundo sereno y silencioso. Y digo yo que, si hay gentes, políticos les llaman, encargados de hablar, de entenderse, de que todos se lleven bien y no lo consiguen ni por asomo… ¿por qué no se van. O los echan? Pero me han dicho que no me meta. Que haga lo que haga seré culpable. Aunque no haga nada, aunque no diga nada. Jodido estar ahí arriba. Y más si eres logístico, porque día sí y día también te imponen que pares, que no pases, que no sigas, que no transportes. Pero si eres transportista, camionero digo, el problema es mayor, porque, además de putearte al máximo, además de perder 25 millones de euros al día, además… contarás menos, otra vez, que un contenedor de basura. Si en Barcelona se pierde medio millón de euros al día en papeleras y contenedores quemados y en un día el sector del transporte terrestre pierde 25 millones… ¿Qué creen que importa más? ¿Qué creen que se nombra más? ¿Qué creen que llama más la atención? Cuanto más sé, más desconcertado estoy. Y más ganas de ignorar tengo.
