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Programar y contraprogramar

Hay auténticos expertos de la contraprogramación en el sector logístico. Ustedes lo saben y, si no lo saben, yo se lo digo, que para eso me paso la vida estirando el cuello. No me negarán que en estos años vienen siendo muchos los casos de cómo colectivos “amigos” compiten, de pronto, en tiempo y lugar con afán no se sabe si de predominar o de incordiar. Se supone que los congresos, asambleas, jornadas están para sumar, pero estos “gestos” no hacen más que restar.

  • Última actualización
    24 mayo 2019 15:11

La versión oficial de estas confluencias interplanetarias suele ser la de la “casualidad”, que se puede dar, no lo niego, en un entorno tan cargado de eventos como el logístico. Ahora bien, lo siguiente siempre suele ser correr a decir con las manos en alto “nosotros lo convocamos primero” y luego, eso sí, lamentarse entre bambalinas con lo de “ya sabes cómo son estos” o “ya sabes como se las gastan aquellos”, porque ni ellos mismos se creen lo del azar, máxime cuando las coincidencias se repiten sin parar.

En cualquier caso, poniéndonos los anteojos del cándor y evitando entrar en juicios paralelos sobre si hay o no hay intención, lo que no se puede negar es que hay una nefasta programación que hace que todo resulte feo, con muy poca estética, alimentando como mínino los clichés del enfrentamiento y la división.

Lo de las Asambleas Generales de CETM y ASTIC el próximo 14 de junio es el último ejemplo, pero ya verán como no el definitivo.

Este maravilloso sector también es “así”.