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Más transporte, ¿menos CO2?

El informe ITF Transport Outlook 2019 del Foro de Transporte Internacional (ITF, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ofrece una visión global de las tendencias recientes y las expectativas a corto plazo en el sector del transporte a escala mundial, así como perspectivas a largo plazo para la demanda de transporte de aquí a 2050. El análisis cubre el transporte de mercancías (marítimo, aéreo y terrestre) y el de pasajeros, así como las emisiones de CO2 vinculadas a estos modos de transporte en función de diferentes escenarios. A pesar de las políticas dirigidas a reducir el CO2, ITF sostiene que las proyecciones sobre el gran crecimiento de la demanda de transporte en todo el mundo muestran que ésta no mitigarán el aumento de las emisiones de CO2 del transporte ante el robusto crecimiento de la demanda prevista para los próximos años.

  • Última actualización
    18 julio 2019 11:58

La edición de 2019 del ITF Transport Outlook se centra específicamente en el impacto de las potenciales perturbaciones que puedan ocurrir en los sistemas de transporte. ¿Cómo influirán estos avances en la demanda futura, las distribución modal y las emisiones de CO2 vinculadas al transporte? Las tendencias emergentes en el transporte, como la electrificación, la movilidad compartida y los vehículos autónomos podrían conllevar implicaciones profundas para el sector y la formulación de políticas, así como otros elementos externos, como el comercio electrónico, la impresión en 3D o las nuevas rutas comerciales internacionales.

La incertidumbre es un atributo intrínseco al entorno económico actual y, por ello, limita la capacidad de realizar proyecciones ajustadas. Sin embargo, se puede afirmar que la demanda mundial de transporte de carga se triplicará entre 2015 y 2050, según la trayectoria actual de la demanda. Con un 4,5%, se espera que el transporte aéreo tenga la tasa de crecimiento compuesto anual más elevada entre todos los modos de transporte para 2050, aunque represente un pequeño porcentaje del total de carga en kilómetros por tonelada.

Más del 75% del transporte global de mercancías en 2050 se llevará a cabo mediante barco, prácticamente en la misma proporción que en 2015. A la luz de los desafíos actuales, derivados de la economía mundial y de los conflictos comerciales en expansión, la exactitud de estas proyecciones para el transporte de carga es especialmente incierta, ya que la demanda depende, principalmente, del crecimiento económico y de la actividad comercial internacional.

Emisiones de CO2

Las emisiones de CO2 del transporte seguirán representando un enorme reto. La extrapolación al futuro de las ambiciosas políticas actuales muestra que éstas no conseguirán mitigar el aumento de las emisiones de CO2 del transporte ante el robusto crecimiento de la demanda prevista para los próximos años. En un entorno en el que se apliquen las políticas ya anunciadas, las emisiones de CO2 derivadas del transporte en todo el mundo se prevé que sigan aumentando en un 60% de aquí a 2050. Este crecimiento se ve impulsado, principalmente, por el incremento en la demanda del transporte de mercancías y de pasajeros interurbano, que se espera aumenten en un 225 % de aquí a 2050.

Las emisiones derivadas del transporte urbano de pasajeros, por el contrario, está previsto que disminuyan en un 19 %, reflejando la enorme atención que conceden en la actualidad las políticas al transporte urbano. La aplicación de políticas de descarbonización más ambiciosas altera significativamente las trayectorias proyectadas en cuanto a la demanda de transporte y las emisiones de CO2 conexas. En tal caso, previendo una gran ambición, la demanda mundial de transporte de pasajeros sería un 20% más baja en 2050, y las emisiones conexas un 70% más bajas, comparadas con la ambición manifestada en la actualidad.

Si bien es cierto que la demanda de transporte de mercancías seguiría manteniéndose estable en ambos casos, las emisiones de carbono de dicho tipo de transporte serían un 50% inferiores en 2050 de lo que son en la coyuntura actual. Aún así, esto no conseguiría alcanzar las reducciones previstas en los objetivos del Acuerdo de París para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2ºC con respecto a los niveles de la era preindustrial.

El rápido crecimiento del comercio electrónico podría llevar a aumentos leves en el volumen de transporte de mercancías de entre un 2% y un 11%, dependiendo del modo de transporte. Las emisiones de CO2 del transporte de mercancías aumentarían, por ello, en un 4%. La amplia aceptación de la impresión en 3D en la fabricación y con fines de uso doméstico podría reducir el volumen total de mercancías en un 28% y sus emisiones de CO2 conexas en un 27 %, en comparación con las ambiciones actuales. No obstante, este nivel de aceptación de la impresión en 3D parece improbable.

Terrestre

Las nuevas rutas comerciales tienen un modesto impacto en los volúmenes mundiales comerciales, reduciéndolos en un 2% y, por ende, sus emisiones de CO2 en un 1% en 2050, en comparación con las ambiciones actuales. Sin embargo, la creación de estas nuevas rutas comerciales podría cambiar significativamente los patrones espaciales del transporte de mercancías, lo que conllevaría importantes repercusiones para las cadenas logísticas globales y la infraestructura de redes de transporte.

En cuanto al transporte de mercancías en superficie, la aceptación generalizada de los vehículos de gran capacidad podría llevar a una disminución de un 3% de las emisiones de CO2 en el sector del transporte de mercancías en 2050, en función de las proyecciones actuales. Por su parte, la introducción de carburantes de bajas emisiones o cero emisiones en el transporte de mercancías por carretera de larga distancia podría llevar a reducciones de un 16% en las emisiones de CO2 de aquí a 2050.

Las simulaciones muestran que el uso de vehículos de gran capacidad y camiones autónomos en el transporte de mercancías por carretera podría no tener impactos notorios en la demanda general de transporte de mercancías o en sus emisiones conexas.

En casos de perturbación plena, en los que coinciden varios acontecimientos perturbadores, la demanda de transporte prevista y las emisiones de CO2 conexas son inferiores en 2050, en relación con las ambiciones actuales en todos los sectores. En el transporte de mercancías, las políticas que estimulan la eficacia logística llevarían a mayores reducciones, gracias a los avances tecnológicos. Solo con dichos avances, las emisiones de CO2 relacionadas al transporte de mercancías se reducirían en un 44% en 2050.

Con la implementación conjunta de otras medidas políticas de tipo logístico, la reducción de las emisiones alcanza el 60%. Juntas, estas simulaciones muestran que las políticas en materia de transporte determinan en gran medida el impacto que tendrán las perturbaciones en la demanda de transporte y en su huella de carbono.

La implementación simultánea de políticas destinadas a mitigar los impactos negativos de las perturbaciones mejora la reducción de las emisiones en todos los sectores del transporte. Por ello, los encargados de formular políticas desempeñan un papel clave en el establecimiento de la naturaleza y la envergadura del cambio, incluso aunque haya acontecimientos que perturben considerablemente los sistemas de transporte.