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La tercera generación de la venta online ha llegado

Los procesos de digitalización de la cadena logística iniciados antes de la pandemia (sí, ya teníamos a muchas empresas trabajando en ello desde hace tiempo) se han visto sobrepasados por las circunstancias y hoy es vital para las empresas contar con herramientas pensadas por y para la logística y el transporte. 

  • Última actualización
    26 febrero 2021 16:16

No vale aquello de coger un ERP gama blanca porque la precisión con la que debe trabajar el sector para no perder dinero es milimétrica. El ecommerce, el rey de las buenas cifras de 2020, no deja margen al error. Si hay discrepancia, si no hay stock, si se tiene que hacer un porte dos veces, el beneficio se esfuma, así que las compañías no pueden permitirse el lujo de contar con programas que no saben lo que es realmente la actividad desde el primer bite de programación. 

Además, no podemos olvidar que el concepto ecommerce se está quedando viejito y ya comienza a hablarse del qcommerce (entrega en menos de una hora o en el peor de los casos en el mismo día) y de sus necesidades con más asiduidad. Imagínense: si el primero ya era exigente en el día a día, con el segundo la organización debe ser brutal. Dicen que el qcommerce es la evolución natural del ecommerce y de los cambios de tendencias en los consumidores, pero ¿no nos estamos volviendo un poco locos? 

¿El problema? Que las ordenanzas municipales y los permisos de actividad y circulación de los vehículos de mercancías funcionan atendiendo a los hábitos de consumo del siglo XX

Está claro que el modelo iniciado por Amazon hace décadas, que permitía (y permite) las entregas de mercancías en cuestión de escasos días en los hogares de medio mundo, facilitó la puesta en marcha de nuevas empresas y modelos de distribución (con el desembarco de las compañías en los territorios para establecer sus enormes plataformas logísticas, incluidas) y nos dio la oportunidad de adquirir productos de una manera ágil (e incluso más barata), pero tuvo un coste. Tiene un coste. 

En su momento, la llegada del prime nos sorprendió, pero hoy es algo tan habitual que ha dejado de ser un extra para ser “lo esperado” al añadir a la cesta. Muchos consumidores no atienden a repensar las urgencias reales de las compras que realizan de manera online y los vendedores no les van a rechazar la compra así que toca (de nuevo) tirar de imaginación para confeccionar un sistema delivery que asuma el nuevo compromiso de entregas. La tercera generación de las ventas online ha llegado.¿Estamos preparados? Pues... La voluntad está, pero con eso no es suficiente. 

Las nuevas tecnologías y la innovación marcan la diferencia para poder realizar un servicio. Es que no hay margen. No puedes perder en un servicio porque compensarás por otro lado. El cliente no te contrata para nada más y los proyectos empresariales tienen que ganar dinero. Moverse para tener que poner dinero en cada entrega... qué quieren que les diga, no lo veo. 

Y luego están los factores externos, aquellos que no dependerían del sector logístico, que al final no es más que un proveedor de servicios para las compañías de venta online. En primer lugar, tendríamos que hablar de las infraestructuras: ¿las ciudades están preparadas para este tipo de distribución? No mucho. ¿El problema? que las ordenanzas municipales y los permisos de actividad y circulación de los vehículos de mercancías funcionan atendiendo a los hábitos de consumo del siglo XX y ya han pasado más de 20 años desde que dejamos atrás ese siglo. Es hora de actualizarse y asumir que si quieres que tus ciudadanos consuman en el siglo XXI las empresas que les atienden deben poder trabajar en condiciones -o al menos poder hacerlo-.No hay otra.