La problemática de los polizones ha sido una situación clásica de la navegación marítima, tanto en mercancías como en líneas de carga, si bien con las crisis migratorias y la posición de los Estados a restringir cada vez más la aceptación de personas no nacionales que no tengan los visados oportunos, e incluso impedir que puedan recalar los buques en sus puertos, ha hecho que se haya tenido que ocupar la comunidad marítima internacional firmando el Convenio de Bruselas en 1957.