Menú
Suscripción

La carretera YA paga

Para quienes creen en las casualidades, todo en la vida es ironía. Para quienes están convencidos de que en nuestro devenir no hay puntada sin hilo, todo evoluciona hacia lo conspiranoico, con el matiz obsesivo que ello comporta.

  • Última actualización
    03 diciembre 2019 16:45

Adina-Ioana Valean, la nueva responsable de Transportes de la Comisión Europea, es natural de Baicoi, localidad a 93 kilómetros de Bucarest, capital de Rumanía. Valean es, por tanto, rumana y nueva miembro de la Comisión Europea en representación de la República de Rumanía.

¿Quiere esto decir que nos hayamos ante el colmo de los colmos de la “rumanización” del transporte en Europa?, se preguntarán con guasa los de la fina ironía, si bien los maquiavélicos pensarán: ¿Hasta que punto no es esto un movimiento estratégico para intentar cuanto menos proteger esa “rumanización” tan ampliamente denostado desde países como España?

Ustedes dirán si se creen lo de las casualidades o no. Yo de momento les ofrezco como solución infalible aquello del “piensen mal y acertarán” pues, en cualquier caso, en este proceso lo que se ha demostrado es que la cartera de Transportes, sí o sí, era para Rumanía.

Podemos remontarnos a 2014 para tomar una referencia. En la Comisión Europea designada entonces, la candidata de Jean Claude Juncker a una de las vicepresidencias era la eslovena Alenka Bratusek, mientras que el elegido al frente de Transportes era el eslovaco Maros Sefcovic. No obstante, Bratusek no pasó el corte del Parlamento y renunció al cargo. Ahora bien, lejos de sustituir en esa vicepresidencia a la candidata eslovena por otra candidata de Eslovenia, Juncker prefirió ofrecer la vicepresidencia al candidato eslovaco, Maros Sefcovic, dejando vacante el departamento de Transportes, al cual mandó a la eslovena sustituta de Bratusek, la al fin y a la postre comisaria Violeta Bulc. Quedó claro, por tanto entonces, que Juncker primó la idoneidad de cada candidato por encima de la asignación de competencias al país que los nombraba.

Por contra, en esta ocasión, la nueva presidenta Ursula von der Leyen como mínimo no ha actuado igual. El Departamento de Transportes iba a ser para la candidata rumana Rovana Plumb, pero fue rechazada de plano por el Parlamento, lo mismo que el candidato húngaro, que iba a ocupar la cartera de Ampliación. Como sustituta de Plumb, tres veces ministra en su país, Rumanía nombró como candidata a la eurodiputada Adina-Ioana Valean, para quien Von der Leyen siguió reservando Transportes, es decir, reservándolo para Rumanía.

Veremos cómo gestiona Valean este tema de la “rumanización”, causante de que algunos de los países más potentes de centroeuropa hayan roto las políticas armonizadas europeístas, sobre todo creando nuevas restricciones que dificultan la libre circulación, por no hablar del impacto en España con esas empresas buzón a las que por fin se les empieza a poner coto.

Con independencia de todo esto, a los diez minutos de acceder al cargo Valean ya ha logrado poner en guardia a todo el sector de la carretera en España con una propuesta, todo hay que decirlo, igual de perjudicial para un país periférico como es también Rumanía.

Valean ha vuelto a desenterrar el hacha de la euroviñeta como arma esencial de su gestión para avanzar en el cambio modal y la mejora de la sostenibilidad.

Para ello, ha redundado Valean en su primer discurso en el arrojadizo y populista discurso de “quien contamina, paga”, obviando que la clave en el transporte por carretera es que “quien contamina, YA paga”, un matiz por el que va a haber que seguir batallando.