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Je m’accuse

La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) han emitido una nota en la que, bajo el título “Uso ilícito del transporte en contenedores para el comercio de artículos falsificados”, sostienen que el transporte marítimo “es la vía de entrada del mayor número de falsificaciones en términos de valor”; que el 56% del valor de las falsificaciones incautadas “se envía en contenedores”; que los principales envíos de productos falsificados proceden de Asia, “en especial, de China”, y que el 80% del comercio internacional “se efectúa por vía marítima”.

  • Última actualización
    22 febrero 2021 15:33

Conviene subrayar lo oportuno de la repetida utilización del término “uso ilícito” en el comunicado, por aquello  de no confundir al público y evitar que éste identifique al transporte marítimo, en general, y al contenedor, en particular, como autores o cómplices de un delito cuyos responsables tampoco hay que buscarlos exclusivamente en Asia oriental o en China, sino que cuenta con millones de cooperadores necesarios en todo el mundo. Je m’accuse!

Sí, yo me acuso de haber contribuido al florecimiento del mercado global de la falsificación y de haber comerciado con productos fraudulentos, aunque no por un mero afán de lucro sino por el deseo de agasajar a algún amigo o ser querido, incluso allegado. ¿¡Quién que haya estado al menos una vez en Shanghái no ha visitado uno de sus “Fake Market” y ha salido de allí con un Vuitton de trola o un Rolex para dar el pego!? Por supuesto que siempre para otros, nunca para uno mismo...

El caso es que la globalización que han traído el transporte marítimo y la containerización, ahora con buques cada vez de mayor capacidad, han aumentado la eficiencia y reducido los costes del comercio internacional, pero al mismo tiempo han proporcionado los medios necesarios para el transporte de productos falsificados. Se calcula que el valor de los productos falsificados representa en torno al 3,3% de todo el comercio mundial y el 6,8% de las importaciones de mercancías procedentes de terceros países en la UE, por valor de 121.000 millones de euros.

El contenedor es sólo el envoltorio en el que se oculta la falsedad. Y el transportista, un simple colaborador necesario, aunque involuntario. Los delincuentes están a ambos extremos de la cadena logística. Y a este lado... yo me acuso

Entre las cuestiones identificadas en el informe de la EUIPO y la OECD se cita la necesidad de otorgar a las falsificaciones una alta prioridad por parte de los funcionarios de aduanas, a quienes debe dotarse de técnicas y herramientas de registro e inspección más adecuadas para detectarlas. Y es que el aumento del volumen del comercio mundial y la creciente capacidad de los buques de mayor tamaño representa una carga adicional para las aduanas. 

El escaneo de contenedores con equipos de rayos X o Gamma puede servir para detectar de manera eficaz otros tipos de comercio ilícito, como drogas, armas o el tráfico de animales, pero no permite detectar productos falsificados, para los que únicamente es eficaz la inspección física. Sin embargo, menos del 2% de los contenedores se somete a una inspección física, lo cual ofrece grandes oportunidades a las redes delictivas, que utilizan esta vía de suministro de forma ilícita.

El “fake market” o mercado de los productos falsificados no deja de ser un paradigma, un ejemplo de las tantas situaciones a las que en nuestro quehacer diario, como ciudadanos y consumidores, como trabajadores y empresarios, nos enfrentamos en nuestra relación con los demás, con personas, empresas o administraciones.

El contenedor es sólo el envoltorio en el que se oculta la falsedad. Y el transportista, un simple colaborador necesario, aunque involuntario. Los delincuentes están a ambos extremos de la cadena logística. Y a este lado... sí, yo me acuso.