Menú
Suscripción

Grandes inversiones para el puerto del futuro

El transporte marítimo ha sido a lo largo de nuestra historia el nexo comercial, pero también cultural, artístico, político e informativo, que ha unido a países, razas y lenguas en un idioma común y fundamental para las relaciones humanas. Y hoy más que nunca, tras un último año y medio que ha cambiado nuestras vidas de manera radical, los puertos y sus cadenas logísticas han reforzado su papel estratégico para afrontar situaciones extremas.

  • Última actualización
    17 septiembre 2021 09:34

Un periodo excepcional del que tenemos que extraer conclusiones que nos ayuden de cara al futuro y estar preparados ante estas situaciones. Así, por ejemplo, tenemos que ser capaces de estar preparados para cualquier incidencia ya que vivimos en un mundo globalizado de tal forma que cualquier acontecimiento distorsionador en un país se exporta de inmediato al resto, algo que hemos comprobado con el virus, pero también con el colapso en el canal de Suez. Por ello, hay que planificar las ayudas y los programas de recuperación para evitar estas situaciones que distorsionen los mercados. También nos ha mostrado que los impactos negativos no son homogéneos y que éstos afectan a los eslabones más débiles de los flujos comerciales, de ahí, la necesidad que Valenciaport siga siendo un hub estratégico.

La crisis de la COVID-19 y sobre todo las postcrisis están ocasionando serios riesgos de desequilibrios en los flujos comerciales, algunos coyunturales, pero muchos de ellos más duraderos. Relocalización industrial en determinados sectores, ruptura de los flujos de cadena de valor o proteccionismo encubierto, son solo algunas de estas consecuencias. Por ello, deberíamos hacer una profunda reflexión sobre el impacto que puede ocasionar esta perturbación de los flujos comerciales en el crecimiento económico de los países menos desarrollados.

Por todo esto, los puertos debemos de ser conscientes de los nuevos retos que van a surgir y prepararnos para ello. Sin duda, factores como la integración de los sistemas de la comunidad portuaria a lo largo de las cadenas de suministro, o la digitalización, han demostrado ser claves para fomentar la resiliencia y la innovación basada en las nuevas tecnologías, que es un elemento clave de la competitividad.

Nos enfrentamos por tanto a una nueva normalidad centrada en un mundo portuario más digital, más innovador, más responsable, más resistente y neutro en carbono. Esta crisis podría ser una oportunidad para lograr un desarrollo más sostenible e inclusivo, contribuyendo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este sentido, la Autoridad Portuaria de Valencia está desarrollando estrategias que tienen en cuenta estos cambios potenciando aspectos como la seguridad, la calidad de vida y la sostenibilidad y, de igual manera que debemos velar por el normal desarrollo de la actividad portuaria como elemento dinamizador del crecimiento económico de nuestro tejido empresarial, también debemos priorizar modelos de gestión que permitan a los puertos convivir en perfecto equilibrio y armonía con su entorno, a escala local y global.

En este sentido, nuestro compromiso está fuertemente ligado con el medio ambiente y la sociedad. Uno de nuestros ejes prioritarios es la apuesta por la transición energética y la lucha contra el cambio climático. Para 2030, nos hemos planteado el objetivo “cero emisiones”, adelantándonos dos décadas a los objetivos de descarbonización y reducción de gases de efectos invernadero y teniendo muy presente que todo lo que hagamos tiene que apostar por la sostenibilidad. La terminal norte de contenedores o la nueva terminal de pasajeros son dos claros ejemplos de la apuesta de la APV por el crecimiento sostenible.

Factores como la integración de los sistemas de la comunidad portuaria a lo largo de las cadenas de suministro, o la digitalización, han demostrado ser claves para fomentar la resiliencia y la innovación basada en las nuevas tecnologías