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Échale la culpa a la logística

Empezamos el año nuevo como acabamos el viejo. Con mucho que hacer en la defensa de nuestro sector. Y es que cada día se renuevan las faltas de respeto a la logística.

  • Última actualización
    07 enero 2021 19:35

Sigue pareciendo que importa poco o nada que los profesionales de nuestro sector se estén dejando la piel por atender todas las exigencias multiplicadas que se les plantea al transporte de mercancías en estos momentos. Nuestros profesionales han mostrado que la logística no es problema, es solución, por muy exigente que sea el reto que se les pone delante. Por mucho que sea uno de los colectivos más expuestos en estos tiempos de pandemia.

Antes, cuando alguien moría sin que los doctores tuvieran ni idea de lo que le había pasado, se ponía que había muerto de “un dolor miserere” y a otra cosa. En estos días, cuando no se ponen las vacunas que hay que poner, se dice que “ha habido problemas de logística”. Sin más explicación. Probablemente nuestros políticos confunden la logística con la lógica. Y consideren que ahí cabe todo. Llevamos meses contando los segundos para poder disponer de la añorada, suplicada, idolatrada y reverenciada vacuna. En cuanto salió la primera, esa que se tenía que mover a menos 70 grados, se volvieron todas las miradas hacia la logística, que respondió que sí, que se podría hacer, que ni el transporte ni el almacenamiento iban a ser el problema. Luego, cuando la farmacéutica Pfizer indicó que la producción bajaba “por problemas de logística”, ni siguiera se dignaron a explicar a qué se referían. Qué bueno que haya niños para echarles la culpa a ellos, o al boogie, o al cha cha chá o … a la logística. Cuando miles de vacunas estuvieron entregadas en cada autonomía de nuestro país, ya convenientemente transportadas y almacenadas… tampoco se pudo vacunar… porque era festivo. Para mear y no echar gota. Cada palo debe aguantar su vela. Y ya basta de que los pájaros disparen a las escopetas. 

La actuación de nuestro sector, siempre y especialmente en esta pandemia, colabora a hacer mejor la vida, incluso a salvarla. La labor de esta hornada de políticos, cierra bares y monta cabalgatas, no tanto

Nuestra logística, plenamente resolutiva, ha de aguantar que los políticos y derivados les culpen de sus ineficiencias. Nuestros mandatarios, funcionarios hasta la médula, incapaces ya de reconocer lo que es una responsabilidad, están haciendo, otra vez, el ridículo más espantoso. Ni el trabajo de los logísticos ni la salud de los ciudadanos parecen importar comparados con un día de fiesta o un buen puente. El sistema logístico lo ha dado todo para que las vacunas estén en sitio y hora. Pero… en festivos no se ha vacunado. La actuación de nuestro sector, siempre y especialmente en esta pandemia, colabora a hacer mejor la vida, incluso a salvarla. La labor de esta hornada de políticos, cierra bares y monta cabalgatas, no tanto.

Si mi dios fuera grande, que no es grande, y hubiera justicia, que no la hay, en lugar de los camioneros, habrían pasado los políticos la Navidad tirados en una carretera helada. Los camioneros, para hacer bien su trabajo, han tenido que estar días enteros atrapados en sus camiones, por culpa de que los otros no habían hecho el suyo. Por todo esto, y por otros muchos motivos, parece bastante lógico que los logísticos fueran uno de los primeros colectivos en recibir la vacuna.

A ver si se enteran nuestros dirigentes que las vacunas no aparecen en su destino por arte de magia, y que el transporte es vital, como lo es el correcto almacenaje, ese que no tiene nada que ver con no tocar las vacunas hasta el próximo día laborable.

Lo dicho, los problemas no deberían referirse a las soluciones como si fueran el problema.