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Alcanzar la neutralidad climática en el transporte tendrá un coste de 21 billones de dólares

Alcanzar la neutralidad climática, o las cero emisiones en el transporte supondrá una inversión de 21 billones de dólares. Esa ha sido una de las conclusiones del último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) de las perspectivas de 2020.

  • Última actualización
    18 septiembre 2020 17:12

Este estudio analiza las tecnologías disponibles en el mercado que pueden ayudar a las empresas a cumplir los objetivos de cero emisiones en todos los sectores energéticos. En concreto, señala el estudio, la descarbonización del transporte marítimo tendrá un coste de en torno a 6 billones de dólares.

El estudio de la AIE prevé que el uso de biocombustibles y una mayor eficiencia energética operativa de los buques se convertirán en los próximos cinco años en los principales contribuyentes a la reducción de emisiones del sector marítimo internacional a corto plazo.

El papel de los biocombustibles dependerá del desarrollo de las tecnologías basadas en el hidrógeno y el amoniaco y del aumento o no de la capacidad de producción de biocombustibles de segunda y tercera generación. Sin embargo, según este estudio, “la mayoría de los buques que se construyen y se venden hoy día funcionan casi exclusivamente con combustibles fósiles, y seguirán operando en 2050 a menos que se establezcan normativas que alienten u obliguen a su desguace anticipado”.

A medio plazo, el informe prevé que las mezclas con biocombustibles aumentarán desde los niveles “insignificantes” actuales hasta alcanzar los 25 millones de toneladas (Mt) en 2040, aumentando hasta los 50 Mt en 2060, una quinta parte del uso total de energía en el transporte marítimo. También estima que la producción de biocombustibles aumentará hasta 5 millones de barriles diarios (Mb/día) durante la próxima década, desde los niveles de 2 Mb/día registrados en 2019, y se utilizará como alternativa a los combustibles fósiles, primero para vehículos de carretera, y luego para los sectores marítimo y de aviación.

A más largo plazo, los combustibles sintéticos obtenidos a partir de biomasa (BTL) como sustitutos del diésel tendrán cada vez más presencia en el uso energético del transporte marítimo a medida que se generalice su producción. También el amoníaco y el hidrógeno pasarán a un primer plano.

A partir de 2050, a medida que los buques que usen mezclas de biocombustibles con combustibles tradicionales vayan llegando al final de su vida útil, serán remplazados por nuevos buques propulsados con tecnologías que utilicen amoniaco e hidrógeno. Estas dos tecnologías irán madurando y adquiriendo una mayor competitividad a partir de 2025, para sustituir paulatinamente al petróleo y al gas natural licuado (GNL).

El estudio prevé que supondrán la tecnología elegida para el 60% de los buques de nueva construcción después de 2060. El hidrógeno representará el 16% de la demanda mundial de combustible marítimo para 2070 y el petróleo y el gas representarán aproximadamente una sexta parte del total de combustibles de transporte.